
Un "mito" viviente poco a poco empieza a morir en las ruidosas, populosas, mercantiles y capitalistas calles del abasto. Se trata de la vieja estatua a Carlitos "el zorzal criollo", nada más y nada menos, quien dio voz a "Mi buenos aires querido" y otras célebres canciones barriales y ciudadanas.
Decían que cada día cantaba mejor, pero luego del acto perpetrado aseguran, "cada día suspira peor, con el respirador artificial de la cultura". Esta mañana se encontró el busto de Gardel con una soga al cuello, un dedo señalando "fuck" en el pecho y un parche en el ojo. El busto lucía con la habitual sonrisa gardeliana que solía "engalanar" las calles. Pero los emo estaban tristes y les dio bronca la risa: "Vi que los emos miraban mal el cielo, miraban mal el shopping, miraban mal el piso, y de repente empezaron a mirar mal a Carlitos y lo empezaron a escupir" narró una testigo del barrio.
Luego se sumaron cumbieros todos en una mismo concierto violento contra "el zorzal": "Creo que nunca vi tribus tan distintas unidas en un solo coro, todas escupiendo al unísono el busto de ese risueño" contó una Glam que filmaba el hecho. Otro flogger que atacó el busto se defendió de las acusaciones: "Tiramos el busto de Gardel para ponerle pantalones chupines".
Lo cierto es que los Chetos, los cumbieros y los emos se unieron en un solo grito, según contaron "un grito libertario", contra la tradición. Los historiadores explican que el zorzal murió en un avión procedente de Medellín: "Sin embargo Gardel vivió en la memoria de los porteños, hasta este malévolo acto donde se encolumnaron todo tipo de hijos de puta de raza y color" contó un intelectual desbocado.

1 comentario:
Pensar que a principio de año nadie sabía qué era un emo, ni un flogger...
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