lunes, 1 de septiembre de 2008

Se suicidó el pibe que dijo “me encantaría seguir viviendo”

Las paradojas y signos de la mafia están por todas partes como huellas en la arena que no se pueden descubrir. Así pasó con un tal Ariel Vilan, un socio de la conocida mafia de los medicamentos. Según cuenta la mamá del joven, llamó a todos a comer la pasta en un momento en que estaban todos viendo televisión; en Cinecanal, la película El padrino II. En ese momento el joven pasó corriendo a lo que la mamá le dijo a "donde vas", y el joven se tiro por la ventana cayendo de boca al suelo. Los investigadores hurgaron en el departamento y arriba del escritorio encontraron una carta: "en la misiva asegura sentirse la persona más feliz del mundo y que le encantaría seguir viviendo; ese fue tal vez el motivo central por el cual se suicidó" señalaron. Aunque el perito parece un delirante psicópata no faltó a la verdad, la carta decía eso y más. Probablemente la mafia lo acorralo tanto que tubo que romperse la cabeza contra el suelo, preguntas que todavía los investigadores no saben, ni piensan saber. Cuando se le consultó a la madre el extraño suceso respondió tajante: "pasaba por un momento anímico bárbaro".

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