domingo, 19 de octubre de 2008

Afirman que la prioridad de las clases bajas es superar la "crisis de representación"

Las tendecias del proletariado estarían cambiando y ahora ya ni pedirían para comer. Aseguran que lo primordial es que se estabilice el país a costa de la miseria.


"No me importa comer, poder llevar mis hijos a la escuela o una vivienda digna, mi prioridad es que el gobierno alcance un buen nivel de seguridad institucional para captar inversores extranjeros". Estas son las palabras de muchos de los "dominados" que ven en el tembladeral del gobierno el mayor de los peligros. 

"Basta de inseguridad en recoleta y a hacer los deberes con el fondo, ¿que hacemos que no pagamos la deuda?" serían las segunda y tercera de las prioridades del proletariado. Las clases bajas de la argentina adoptaron como suyos problemas del mundo y el poder, intereses que en apariencia "no tendía nada que ver con ellos". Sin embargo para Vanina Ortigoza, investigadora del Unicef (Union de Narcotizados Inmigrantes Cefharadíes) "Las clases proletarias, cabecitas, etnias distintas, negros, o mal llamados gronchos tiene una fuerte influencia mass mediática que los hace tomar para si los reclamos de las clases que los oprimen". Según esta investigadora basta un campanazo de Grupo Clarín, lideres como Blumberg o De angeli, para que barrios como Fuerte Apache o Villa Caraza saquen las cacerolas. 

Una joven proletaria asegura: "Yo me banco que mis hijos no tengan para comer siempre y cuando haya un buen grado de seguridad institucional" sostiene la joven obrera. Mientras tanto las fuerzas del orden admiten que si se profundiza esta tendencia habrá piquete libre para todo el mundo.

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