No podemos tolerar que nuestros diarios no lleguen a altamar, tenemos derecho a desinformar también a los habitantes marinos con nuestras tendenciosas noticias y criterios de subjetividad no declarada". Así se pronunció un alto directivo de Diario Clarín sobre la prensa en Altamar. La interferencia sería causada desde algún lugar no identificado que impide telepáticamente que ningún avión sobrevuele la zona y tire diarios a los habitantes del "océano profundo". Ni las ballenas ni los peces rayas estarían contentos con la medida de "interferir el diario" y ya habrían denunciado censura. El lugar no especificado de donde provienen las ondas de interferencia sería más precisamente en las cercanías de la ciudad bonaerense de Olivos, y más concretamente en inmediaciones de una mansión de Olivos. Para los habitantes de altamar sufrir una severa desinformación sobre lo que pasa en tierra constituye el más alto agravio a la libertad de expresión. Los pocos ciudadanos reclamaron que al menos que si no pueden recibir diario Clarín puedan informarse por algún otro medio, aunque aclaran "dudamos que un medio no monopólico llegue hasta nuestras aguas".
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