Tabaré Vazquez defendió la implementación de papeleras en su país, para el tal vez se contamine el agua, pero el suelo y el aire van a estar limpitos.
Aparentemente la obsesión por las papeleras que tiene el mórbido presidente de Uruguay Tabaré Vazquez continúa en pie. Al Uruguay le importa cada vez menos sus hermanos argentinos, debe ser porque a la Agentina nunca le importo la vida de los uruguayos. Según afirman sociólogos "somos como hermanos de sangre" creen, pero eso no basta para que Botnia y Ence se vallan del país del mate.
El sitio Noticias Piratas apoya las movilizaciones de los mal llamados “ambientalistas”, que bien o mal, luchan por su pequeña aldea a fin de desterrar los maleficios monopólicos que avala el queridísimo Tabare.
Si bien el problema por las papeleras se encuentra en una encrucijada insondable, la expectativa de que mueran miles de niños contaminados por el afluente del Rio Uruguay es como poco probable. Para los sociólogos comprometidos llevar el basurero a el tercer mundo es redituable: "la política global se pregunta a diario ¿que hacemos con los desechos que tiramos?" y la respuesta es, vamos con los Uruguayos que necesitan fuentes de trabajo, asegura.
A todo esto Kirchner, el gran contemporizador, todavía no es capaz de tomar alguna decisión digna de un mandatario. Se sabe que el actual presidente de nuestro pais es bueno para dar ordenes pero malo en el dialogo con las partes interesadas, otra de las dificultades con la que tendrán que lidiar los contaminados.
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