El ministro Tomada, en una rueda de prensa, que algunos creen fue una "tomada" de pelo, remarcó: "Don Próspero fue un gaucho habitante de la pampa profunda, solía tomar mates junto a Martín Fierro, otro mitológico personaje que por aquellos días del siglo XIX recorría las llanuras". También explicó que promediando fin de año, en la casa de Próspero se armaban comilonas y asados con sidra, pan dulce y arbolitos de navidad llenos de luces (otros niegan esta versión porque no existía la electricidad) y cuando terminaban de comer a lo chancho se decía la frase "Prospero año nuevo". Luego se brindaba, se hacía el amor a algunas chinitas y se sacrificaba a algún paisano pasado de copas. "Ese encuentro era parte de un ritual cada año -explica Tomada- y finalmente hoy se asienta en un acervo popular que todos podemos entender" destacó.
La ley apunta a revitalizar las tradiciones olvidadas en la Argentina, y remozar parte de una argentinidad berreta para sumar votos.
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